Pestañas

marzo 02, 2014

La Casa de la Mare Terra continuará fuera de Bellver

Tengo algo que contaros:

Podría ser una larga historia pero intentaré simplificarla al máximo. Lo hago con la intención de informaros a todos de lo que ha sucedido en Bellver en estas últimas semanas.

La primera vez que hablé de la idea de crear un proyecto en Bellver fue en el 2006, en casa de Nito Martí, propietario de la finca desde el punto de vista legal, pero discutiblemente en términos morales, pues se adquirió para ser hogar de una comunidad. Más tarde esta se disgregó, pero su miembro más activo mientras funcionó, Carlos, hermano de Nito, siempre ha seguido defendiendo que Bellver es "la casa de Dios" y no ha de tratarse como una propiedad privada. He sacado un pequeño texto de la filosofía de esa comunidad anterior para relacionarla con la que estábamos desarrollando en la actualidad en Bellver:

"Cada uno trabaja su fe en profundidad y con libertad de expresión sin querer imponer a los otros, con sinceridad y humildad. Respetando las religiosidad de cada uno y buscando la verdad con todo el corazón para poder llegar a la Unidad con Dios y con los hermanos".

En el 2006 la vida me llevo a Bellver, yo iba a visitar a unos amigos que se alojaban allí por unos días, algo me llevó hacia la capilla y cuando entré sentí que era ese el lugar que estaba buscando, se sentía el amor con el que la habían construido. Era el lugar ideal para desarrollar un proyecto que nos llevara a unirnos desde el corazón, un lugar para aprender a trabajar juntos para el beneficio común, un punto de encuentro donde trabajar con la tierra, con la naturaleza y con personas que estuvieran dispuestas a cultivarse a sí mismas e integrarse en una red social, puesto que no somos seres independientes, como individuos formamos parte de un todo.

"Se trata de ennoblecernos a nosotros mismos con el fin de contribuir de esta manera a la totalidad". "El noble se exige a sí mismo, el vulgar exige a los demás". Confucio.

Después de 9 meses de trabajo y presentar el proyecto a los propietarios, aceptaron que se desarrollara en Bellver. Les pregunté si se podía poner un Buda en la capilla, ya que se trataba de unirnos desde el amor y la diferencia entre religiones no tenía que ser un obstáculo, también pregunté si se podían hacer actividades siempre que fueran respetuosas y educativas. Su respuesta fue que si.

Se ha trabajado mucho durantes estos últimos 7 años, el proyecto se empezaba a manifestar. Empezamos el año con mucha ilusión, muchas propuestas, alegría y confianza de que este año iba a ser un gran año para Bellver y para todos, un bebe nacerá en mayo y en abril se celebraba una boda, entre muchas cosas más. Por fin la comunidad, el huerto y Bellver brillaban con luz propia.

Yo personalmente necesitaba un descanso y un tiempo de reflexión, y comuniqué al resto del grupo que era el momento de que tomaran el relevo, como personas jóvenes con fuerza e ilusión para seguir trabajando por los objetivos y la visión del proyecto "La Casa de la Mare Terra".

Una fría tarde de enero, tan fría como las palabras de Nito (propietario "legal" de Bellver) hizo que todo cayera como una torre de naipes: nos comunicó que era hora de un cambio y que no quería el proyecto de La Casa de la Mare Terra en Bellver, le había salido una mejor oferta, la de Josep Allés (juez de paz de Alaior), que se comprometía a mantener la tierra limpia (cosa que no ha hecho durante los últimos cuatro años que ha permanecido como responsable de la tierra en Bellver) y a partir de ahora cuidaría también de la casa.

Junto con ellos está otro hemano de Nito, Dani Martí. Hace unos cuatro años me preguntó Nito si Dano podía vivir en Bellver en la capilla de Sant Antoni. Yo le manifesté que Sant Antoni era un lugar que estaba destinado para retiros y si alguien vivía allí dejaría de serlo, y le ofrecí otras posibilidades. Dani recuperó una casita que está dentro de los límites de Bellver en una zona apartada. Durante este tiempo ha manifestado en varias ocasiones que se había profanado la capilla ya que había un Buda y que las actividades que se hacian allí eran irrespetuosas, y que no era Dios sino el demonio el que me había llevado a Bellver.

El verano pasado, los miembros de la comunidad nos reunimos con la familia Martí y se acordó la renovación del contrato por al menos un año más, lo cual hizo que unas personas se incorporaran al proyecto y nos comprometiéramos con personas que querían realizar durante este año sus proyectos en Bellver.

En principio pensamos continuar hasta el verano aunque ya no éramos bien recibidos allí, mientras buscábamos un nuevo lugar. En ese momento, ante la adversidad, nos sentíamos más unidos que nunca y ese contexto escribí mi carta de renuncia, pasando el relevo del proyecto a las personas que consideraba con ilusión y fuerzas para continuarlo.

Pero cuando hubo tiempo para reflexionar y se pasaron las emociones más fuertes, cada cual fue sintiendo respuestas vitales diferentes a la nueva situación. Unos decidieron quedarse hasta el verano en Bellver y marcharse después, otros intentarán permanecer allí cultivando la tierra aunque ya no se realicen actividades, y yo sentí que el proyecto de La Casa de la Mare Terra tenía que continuar fuera de Bellver.

Ahora mismo no hay un lugar donde desarrollar el proyecto y la comunidad se ha disuelto, pero la visión y la intención de seguir están dentro de mi corazón.

Nos retiramos en Paz sabiendo que hemos hecho todo lo que ha estado en nuestras manos, satisfechos del trabajo realizado en Bellver. Nos hemos topado con el fanatismo espiritual, con el poder egoísta y con el interés económico, las tres energías que tienen al mundo en sus manos, pero ellas no saben que no hay nada que controle la fuerza del Amor y la Fe en el potencial Divino que se encuentra en nuestro interior. Los tiempos están cambiando y el ser humano está despertando, no hemos hecho nada más que empezar, el camino es largo pero el tiempo infinito.

Deseo desde lo más profundo de mi corazón que cada cual encuentre su camino y que nos llenemos de confianza. El mundo de hoy requiere de toda nuestra valentía para enfrentarnos a nosotros mismos y para no claudicar en nuestro viaje al amor incondicional.

Hasta pronto, muchas gracias y un gran abrazo.

Gloria.